Debido a la situación de confinamiento se imposibilitó hacer entrevistas presenciales, por eso para la realización de este documental la medida que se utilizó fue, por medio de Twitter, contactar con un sinnúmero de expertos que sirvieran como ayudas testimoniales para darle sentido al producto. Fueron varios días de escribirle a mucha gente, de esperar una respuesta y de investigar las distintas disciplinas que eran compatibles con el tema a tratar. La mayoría de personas que contacté (sociólogos, economistas, pedagogos, personal de salud, psicólogos, etc.) no respondieron, pero un pequeño porcentaje sí estuvo dispuesto a realizar una entrevista. Otro punto importante fueron las mismas entrevistas, al no poder salir de las casas recurrí a realizarlas por medio de aplicaciones de videollamadas, como Zoom o Google Meets ya que ambas me dan la posibilidad de grabar la llamada. Las entrevistas fueron hechas en un lapso de máximo dos semanas, varios aceptaban pero luego desertaban y me tocaba volver al proceso de buscar un personaje; las entrevistas no fueron muy largas, duraban entre media hora y hora media, siendo la más larga la conversación con el historiador, ya que precisamente el hilo conductor del documental es la historia. 

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Una vez realizado el trabajo investigativo lo siguiente fue empezar a construir el libreto. Un trabajo realmente largo y de mucha dedicación pero a la vez enriquecedor y entretenido, disfruto mucho haciendo libretos; pese a que tuve errores iniciales y en un momento dado decidí replantear la estructura, continué y, según yo, el resultado fue mucho mejor al inicial. Este documental superó mis expectativas, realmente es uno de los trabajos que más me han gustado 

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